Aunque las tres venimos de Alsacia, nuestros caminos se cruzaron en París, en las aulas de la Escuela Superior de Intérpretes y Traductores (ESIT). Con el paso del tiempo se forjó una amistad, y nuestra capacidad para trabajar en equipo se impuso como una evidencia. Nuestra complementariedad dio paso a un proyecto: crear juntas una empresa fundada en nuestros valores compartidos, como el compromiso, la pasión y la integridad.